LA JUVENTUD DE CANTABRIA EN LA CUERDA FLOJA: JUEGO ON LINE Y LUDOPATÍA

Santander, a 17 de Noviembre de 2025.

El foco principal de la Ley 4/2022 de Regulación del Juego de Cantabria es la protección de la juventud, dada la dramática escalada en la participación de adolescentes en actividades de azar, impulsada especialmente por el juego online y las casas de apuestas.

Este análisis se centra en la vulnerabilidad juvenil, la penetración del juego en internet y las dificultades para controlar este fenómeno.

Si bien la ley de Cantabria se enfoca en regular los locales físicos, la realidad es que el mayor riesgo para la juventud reside en el juego online, accesible desde cualquier dispositivo móvil o tablet, lo que borra las barreras de los 500 metros impuestas a los salones.

Algunos datos clave extrapolables a Cantabria sobre juego online son demoledores. Según la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES), el 15,4% de los estudiantes de 14 a 18 años ha jugado dinero online en los últimos 12 meses. Este porcentaje se dispara entre los varones de 17 y 18 años, la población de mayor riesgo.

Los juegos online más populares entre adolescentes son las apuestas deportivas y los juegos de cartas o de casino, a pesar de estar prohibidos para menores. La edad media de inicio en el juego con dinero es de 14,5 años. Para el juego online, es ligeramente posterior, pero igualmente alarmante, con muchos jóvenes accediendo antes de la mayoría de edad. El problema radica en que el juego online permite una inmediatez, una frecuencia y un anonimato que los locales físicos no ofrecen, facilitando el desarrollo rápido de conductas adictivas.

La Ley de Cantabria, como el resto de las leyes autonómicas, tiene una capacidad limitada para controlar el juego online, cuya regulación principal recae en la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) a nivel estatal. Aun así, las dificultades clave para proteger a los menores de edad son:

  • Los sistemas de verificación de identidad de las plataformas online, cuando existen, (mediante DNI/NIE) son a menudo fácilmente evadibles por menores que usan documentos de adultos (padres, hermanos) con consentimiento o mediante ingeniería social.
  • El juego online está disponible 24 horas al día, 7 días a la semana, sin la restricción de horarios de los locales físicos. Favorece el aislamiento social y la rápida escalada de la adicción.
  • La publicidad, aunque regulada, sigue siendo ubicua en redes sociales y plataformas de streaming (Twitch, YouTube), dirigida a un público joven a través de influencers y contenidos atractivos. Normaliza la práctica del juego como una forma de ocio o fuente de ingresos.
  • Las denominadas «Cajas de Botín» (Loot Boxes). Existe un área gris en videojuegos donde los mecanismos de azar (cajas de botín) imitan la mecánica de las apuestas. La ley de Cantabria no puede legislar sobre esto. Constituye una puerta de entrada a las apuestas reales, acostumbrando al menor al ciclo de inversión-recompensa.

La ludopatía está considerada como una enfermedad (Trastorno del Juego) y sus cifras en Cantabria, influenciadas por el entorno digital, son críticas.
Entre la población escolar de 15 a 19 años, el 8,5% de los estudiantes presenta ya síntomas de adicción al juego, una cifra que refleja tanto el juego presencial como el online.
El 0,9% de estos jóvenes padece ya un trastorno clínico. Un 7,5% adicional muestra patrones de juego arriesgado que pueden derivar en adicción.

A principios de 2023, la comunidad contaba con más de 538 personas inscritas en el Registro de Prohibidos (que incluye tanto el juego presencial como el online). La mayoría son varones, y la edad media de inicio en el juego problemático ha disminuido con la aparición de las apuestas deportivas online.

La Ley del Juego de Cantabria es un paso necesario para proteger los entornos cercanos a los menores (500 metros), pero es insuficiente para frenar la marea del juego online, el verdadero desafío de salud pública para la juventud.

El impacto sobre la juventud supone un doble riesgo: por un lado, la normalización del juego mediante publicidad digital y por otro la facilidad de acceso a plataformas no reguladas o con verificación laxa. Estos dos factores obligan a las instituciones a ir más allá de la regulación de locales físicos, centrándose en la prevención educativa y la detección precoz del problema en los centros escolares.

La preocupación social y los datos alarmantes sobre ludopatía juvenil en Cantabria han impulsado a la Consejería de Sanidad y la Consejería de Educación, Formación Profesional y Universidades a actuar directamente en el ámbito escolar, reconociendo que la ley física es insuficiente contra el riesgo digital.

El Gobierno de Cantabria, en colaboración con ONG especializadas como Proyecto Hombre Cantabria y AMAT (Afrontando Adicciones), ha desarrollado e implementado programas específicos de prevención de adicciones en el ámbito escolar, priorizando la ludopatía y el uso inadecuado de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

El Plan de Prevención de Adicciones en el Ámbito Escolar contempla diversos programas que abordan las adicciones, incluyendo el juego de azar y el uso problemático de la tecnología, dirigidos a diferentes niveles educativos. Entre otros, pdoemos destacar los siguientes:

  1. Programa LUDENS: Prevención Selectiva del Juego de Azar, que tiene por objetivo informar, sensibilizar y recomendar pautas de acción para prevenir la adicción al juego de azar.
  2. Programas de Prevención de Adicciones Tecnológicas (TICs), reconociendo el vínculo entre el uso problemático de pantallas (móviles, tabletas) y el riesgo de ludopatía online y a videojuegos.
  3. Catálogo General de Prevención de Adicciones, publicado anualmente por el gobierno y que los centros (colegios, institutos y centros de Formación Profesional) pueden solicitar.

La Ley del Juego de 2022 y estos programas escolares demuestran la voluntad política de Cantabria para abordar la adicción como un problema de salud pública y educación. Sin embargo, existen importantes desafíos que deben ser enfrentados:

  • Coordinación Familia-Escuela: Los programas también buscan llegar a las familias de jóvenes y adolescentes, ya que la prevención más efectiva requiere una acción conjunta de todos los entornos.
  • Limitación Regional: Aunque la educación es una competencia autonómica, la regulación del juego online sigue siendo estatal, lo que limita la capacidad del Gobierno de Cantabria para aplicar medidas de control directo sobre las plataformas digitales.
  • Financiación: Existe un debate (reflejado en algunas críticas políticas) sobre si la dependencia de la recaudación fiscal del juego y la posible colaboración con el sector puedan entrar en conflicto con la máxima eficacia de los programas de prevención.

En conclusión, Cantabria está atacando la ludopatía juvenil en dos frentes: el regulatorio (Ley 4/2022 para el juego físico) y el preventivo-educativo (Programas como LUDENS para contrarrestar la exposición y vulnerabilidad, especialmente ante el juego digital).

Desgraciadamente, los datos estadísticos y la realidad social indican que este ataque no está siendo ni efectivo, ni eficiente. Los índices de ludopatía entre los menores de edad son realmente preocupantes, la desconexión entre las familias y los menores, y entre éstos y la comunidad educativa es más que palpable, y las consecuencias de esta situación están siendo, y van a ser en un futuro no muy lejano, graves e imprevisibles. Es necesario, y casi obliglatorio, hacer una reflexión profunda a nivel social, familiar y político, que vaya mucho más allá de las palabras vacías y sin sentido pero bien adornadas
Estamos asistiendo a un alarmante abandono de principios y una preocupante pérdida de valores que se filtra desde el hemiciclo hasta el ayuntamiento más pequeño. Cuando el oportunismo y el interés partidista priman sobre el servicio público, la distancia entre el político y el ciudadano se vuelve inmensa.

Este llamamiento hoy es, y debe ser, doble.

A la clase política: dejen de debatir solo sobre la legalidad del metro y centren sus esfuerzos en la salud del menor. Cumplan los compromisos de realizar planes de prevención reales y de evaluar las políticas con rigor. La salud mental de un joven no puede ser menos importante que la tasa de una máquina recreativa.

Y a ustedes, padres y madres: somos la última línea de defensa. No podemos esperar a que la política resuelva este problema. Vigilen el uso de pantallas, pregunten sin miedo sobre las apuestas online, y si notan el menor indicio de un cambio de comportamiento o la necesidad constante de dinero, actúen de inmediato.

No permitamos que el juego se convierta en la ruleta rusa de nuestra juventud. Exijamos protección y actuemos en casa.

José Luis Tendero Ferrer
Presidente Valores Cantabria.
Secretario Nacional de Política Territorial

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *