VALORES CANTABRIA REFLEXIONA SOBRE LOS PROYECTOS DE PARQUES EÓLICOS PROYECTADOS EN LA ZONA ORIENTAL DE CANTABRIA.

Santander, a 12 de Marzo de 2025. 

104 millones de euros. Esa es la inversión prevista que la compañia Green Devco Energy, a través de cuatro sociedades distintas, pretende realizar en Cantabria con la construcción de 4 parques eólicos en diferentes zonas de la parte oriental de la comunidad, que incluirán, entre otras cosas, levantar 20 molinos de viento en las zonas de los municipios de Hazas, Cicero, Voto y Ruesga.

El anuncio hecho público en los últimos días ha hecho que los vecinos de dichos municipios, y de los municipios colindantes, se preocupen ante las posibles consecuencias que pueda tener para su vivir diario la ejecución de estos proyectos. 

Al igual que hiciera en el artículo sobre la planta de biogás de Hazas de Cesto, el presidente de Valores Cantabria, José Luis Tendero, gestor de proyectos de consultoría normativa y legal y auditor de eficiencia energética,  desea poder dar un poco de luz ante tanta incertidumbre, haciendo las siguientes consideraciones al respecto. 

Lo primero que deben saber nuestros convecinos es que un parque eólico es, en sí mismo,  una central eléctrica. Esta central genera electricidad aprovechando la fuerza del viento a través de unas turbinas eólicas que usan el flujo de aire. La energía eólica se convierte en energía eléctrica mientras la planta se encuentra bajo los efectos del viento. 

Una planta eólica normal y corriente consta de varias turbinas colocadas sobre unas torres que pueden llegar a medir hasta 260 metros de altura, y cuyos rotores pueden rondar entre los 80 y 220 metros de diámetro. Estas torres suelen estar levantadas en zonas elevadas, montañosas, entre colinas o valles, o en alguna hondonada. 

Como toda construcción de estas características, un parque eólico cuenta con ventajas, y con muchas desventajas. 

Dependiendo de su capacidad y tamaño, los parques pueden suministrar hasta el 100% de la demanda de electricidad de una región, con una fuente de energía limpia, renovable y que no genera emisiones. 

Por contra, hay un elemento fundamental que hace que los parques eólicos sean impredecibles: el viento. Dependen íntegramente de que haya viento. Si no hay viento, o éste es insuficiente, no puede producir energía de manera constante y se depende de los sistemas de almacenamiento de energía

Es una energía barata, ya que su “combustible” principal, el viento, es gratuito. Sin embargo, tanto su puesta en funcionamiento, como su mantenimiento periódico, tienen unos elevados costes y requieren de un “músculo financiero” considerable. 

Esto hace, por otro lado, que la rentabilidad de un parque eólico no esté garantizada, ya que, adicionalmente a lo citado, si el coste de la tarifa fija de alimentación de la planta es inferior al precio de mercado, el parque resultará siempre deficitario en términos económicos. 

La vida útil de un aerogenerador puede rondar entre los 25 y los 40 años, y si bien las nuevas generaciones han mejorado el impacto del funcionamiento de los rotores, la contaminación acústica de los parques eólicos es uno de los grandes problemas que generan en las poblaciones cercanas a los parques. 

Si bien los parques eólicos se presentan como unas plantas respetuosas con el medio ambiente, hay un elemento sobre el cual tienen un impacto de considerable relevancia: la fauna. Cualquier especie animal voladora tiene poca, o casi ninguna, posibilidad de sobrevivir cuando recibe el impacto directo de una pala giratoria de un aerogenerador. Se calcula que entre 150.000 y 500.000 aves mueren cada año a causa de las turbinas eólicas

Otro de los impactos medioambientales que puede suponer un parque eólico está íntimamente relacionado con la necesidad de realizar talas de árboles para poder instalar las torres y sistemas de almacenamiento, así como hacer el tendido de las líneas eléctricas, o bien tener que preparar terrenos para su construcción, por no hablar del constante trasiego de vehículos durante las obras, y posteriormente durante su mantenimiento. 

Algunas instituciones públicas como ayuntamientos o consejerías, alegan como una notable ventaja que los parques eólicos pueden suponer una fuente de ingresos para la zona, ya que suelen producirse abonos en concepto del excedente de energía producido. No obstante. Del mismo modo, suele alegarse también que los parques son una fuente considerable de empleo en la zona. 

En ambos casos, estas alegaciones pueden calificarse de “relativas”, ya que por un lado no existe una garantía demostrable de que se vaya a alcanzar la cantidad de energía planificada, ni mucho menos excederla, debido precisamente a la incertidumbre de su propio funcionamiento, y por otro lado el perfil de trabajador que se requiere tanto para la construcción del parque como para su mantenimiento es extremadamente específico y cualificado. Si bien es cierto que en lo últimos años se han abiertos numerosas oportunidades formativas en el ámbito de las energías renovables, también es cierto que uno no tira una piedra en cualquier dirección y topa con 10 especialistas en instalación y mantenimiento de parques eólicos. 

Una vez más, nos encontramos ante un recurso para obtener una energía eléctrica aparentemente respetuoso y cuidadoso con el medio ambiente y el entorno rural, pero que plantea numerosos y relevantes interrogantes tanto por su efectividad real, como por la inversión que requiere su construcción, su mantenimiento, y el impacto medio ambiental y psicosocial que puede tener, y que de hecho tiene, no solamente en propio medio ambiente, sino en los núcleos poblacionales que haya a su alrededor, su flora, su fauna, y sus vecinos. 

Desde Valores Cantabria nos vemos en la obligación de recordar, una vez más, que nuestros campos, nuestros montes, nuestros pueblos y nuestras gentes no pueden ser utilizados como moneda de cambio en negociaciones empresariales de cuestionable moralidad, donde bajo la apariencia de luchar contra el reto climatológico al que se enfrenta nuestra sociedad, se pongan en riesgo tanto nuestro presente como nuestro futuro. 

José Luis Tendero Ferrer

Presidente Valores Cantabria. 

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